Un baño a medianoche {Lorcan} {+18}

Detestaba las rondas de prefecta, caminar por los pasillos en busca de algún alumno travieso se había vuelvo aburrido desde que dichos alumnos habían aprendido a respetar las normas, en lugar de aterrar a los menores con castigos imposibles y quitar puntos a las casas rivales, se limitaba a andar de acá para allá con las manos en los bolsillos y la mente en otra parte.
Aquella noche era tediosa como las demás, la luna iluminaba el cuarto piso y la castaña hacía resonar sus pasos a través de los corredores como único modo de entretenimiento, si al menos no estuviese sólo tendría a alguien a quien incordiar, pero se hacía evidente que el no gozaría de tal privilegio aquella noche, el otro prefecto de Slytherin había sido destinado al lado opuesto del castillo.
Además, el agotamiento empezaba a hacer mella en ella, tenía calor y las piernas le temblaban de sólo pensar en el Quidditch, más entrenamientos como el de esa tarde y dejaba el equipo para siempre… Lo haría, por supuesto que lo haría, o por lo menos exigiría algo a cambio, merecía más que vía libre al Baño de los Prefectos.
Aunque seguía molesta con el mundo que le rodeaba, una sonrisa se formó en sus labios y sus pasos se encaminaron en la dirección opuesta… el cargo de prefecto todavía tenía ventajas y no había nada mejor que una bañera enorme para compensar la fatiga y tomarse un descanso, ¿Quién sino ella merecía un descanso?

Cuando llegó a su destino apoyó la mano sobre la puerta, pero ni siquiera le dio tiempo a pronunciar la contraseña, desde el otro lado del pasillo otros pasos se acercaban… La cosa mejoraba por momentos.
Desechó también la idea de darse un baño, en lugar de eso, se ocultó detrás de una de las armaduras que decoraban el pasillo para esperar, sin ser visto, a quién se acercaba.
Al final, aquella noche, podría ser divertida.

Seguía desprevenida, sin dudar alguna, estaba más perdida que antes, busco las maneras de meterse al agua y justo en ese instante escucho aquella voz tan conocida y adorada. Abrió los grifos y dejo que el agua corriera, suspiro profundamente antes de quitarse la capa y los zapatos y mirarle fijamente –Lumos- exclamo suavemente mas para ella que para los demás, respiro dos segundos antes de dignarse a ver al chico de sus sueños… puso la varita detrás del cabello del adolescente “¿Es Lyssander?” se pregunto por un momento antes de voltearlo “Ah no… es Lorcan” asintió levemente ante su pensamiento y coloco su mano sobre el hombro del chico - ¿Qué buscas?- susurro levemente, apagando la luz y depositando un suave beso sobre sus labios.

Busco salir de allí en un segundo, mientras que dejaba que el chico procesara todo, después de 5 segundos, lo trajo contra ella para volver a besarle, mientras que dejaba en claro que le necesitaba, se separo por unos segundos para respirar, después de eso, volvio a verle - ¿Qué haces aqui? Sabes que no puedes estar fuera de tu cama- pronuncio con tono picaro y con una mirada desafiante, sabia que a Lorcan le encantaba pasar tiempo con ella, y no era para menos.

Tomo al chico con ella y jugo con su corbata un poco mirándole juguetonamente - ¿Me quieres acompañar a darme un baño?- pregunto mordiendose el labio, jugando con aquel cabello castaño del chico que tanto adoraba. Le volvio a besar, para después bajar sus besos hasta el cuello del chico, mientras que le quitaba la capa tan molesta que tenia colocada.

Aquellas palabras fueron mas que suficientes para sonreír ampliamente y disgustarse un poco con ella misma – ¿Realmente me quieres aguar la noche?- pregunto con sarcasmo y un poco de frialdad que la resaltaba solo en los momentos necesarios, odiaba hacerlo pero cuando la buscaban la encontraban. Suspiro ahogadamente mientras que lograba separarse del chico para respirar nuevamente, de manera rápida y desesperada volvía a besarle nuevamente, apasionada y rápidamente, lo amaba, lo sentía en su corazón pero aun así Lyssander lograba confundirla todo el tiempo.

Sonrío nuevamente cuando el chico le dijo que le gustaba tener el control, ella lo sabia, pero no le gustaba dejarlo, suspiro y sintió nuevamente sus labios sobre los suyos, mientras que su cuerpo quedaba contra la pared, gimió levemente al sentir sus besos por el lóbulo de su oreja – No tientes Scamander- susurro mientras que llegaba a cerrar las llaves del agua, cerrándola por completo, para entrar en el agua, tibia.

Suspiro nuevamente antes de sumergirse completamente en el agua – Lorcan… ¿listo para ir más allá del cielo?- pregunto juguetonamente, mientras que miraba claramente su rostro, iluminado por la poca luz que entraba por las ventanas. Salio del agua, mojada, y su sostén se marcaba en la camisa, el agua había dejado a la vista aquel sostén de color negro con bordes dorados. Jugo un poco con su camisa, abriendo los botones uno por uno mientras que se mordía el labio - ¿Termino yo o quieres hacerlo tu?- pregunto nuevamente mordiéndose el labio un poco mas fuerte que antes, acomodando su cabello para el otro lado.

Suspiro levemente y le siguió el beso intensamente, fácil y sencillo se le hacia adorar a aquel Hufflepuff que tenia delante, gimió levemente antes de lograr abrazarse a el, como lo había hecho antes. El chico se le acerco y termino lo que ella había comenzado, su camisa ahora estaba abierta y en efecto, el frío había comenzado a pegarle, por lo húmeda que se encontraba. Ese encuentro prometía ser interesante. Bufo levemente y, momentos después se encontraba nuevamente pegada al cuerpo del chico, besándole con más intensidad que antes, comenzaba a excitarse poco a poco y las cosas iban a ponerse mejor.

Aquellas palabras pronunciadas por el castaño la dejaron helada, fría como el hielo “Maldición” pensó un par de veces antes de comenzar a bajar sus besos por su cuello – Y tu a mi Scamander- pronuncio con extrema cautela, mientras que se quitaba la camisa y la tiraba sobre el agua, un escalofrío la recorrió cuando el chico toco su piel, estaba erizada y mas que todo fría, su mano estaba fría.

En medio del beso, tomo la corbata del chico para acercarlo más a ella, y meterlo en el agua con ella, unos segundos después el chico estaba empapado hasta los zapatos, Kenzie sintió un poco de celos del agua y llego hasta el para traerlo hasta la orilla y sentarse a su lado, antes de volver a besarlo –Eres mío Scamander- susurro a su oido mientras que comenzaba a desabrochar la camisa que ahora se encontraba pegada al cuerpo mojado del chico, termino de jugar con los botones de su camisa para volver a besarle, sonriendo contra los labios de este.