La perfección vuelta carne (James P.)

Las noches en Gryffindor últimamente no eran tan buenas como antes. Tenia días sin salir a ningún lado así que me dirigí a mi armario para sacar el saco de mi uniforme y ponérmelo encima, la noche estaba fría y no tenia pensado congelarme, así que antes de salir de mi cuarto tome la bufanda distintiva de mi sala para por fin abrir la puerta de madera y dirigirme hacia el gran comedor para cenar antes de que fuera mas tarde.-Solo espero que quede algo de comida- Dije para mi misma mientras empezaba a recorrer las escaleras gigantes del instituto.

Mi traslado hacia el comedor fue muy corto y placentero debido a que no me encontré con nadie repulsivo y desconocido para mí. Lleve mi mano derecha hacia mi cabeza para retirar el cabello de mi frente y suspirar mientras cruzaba la entrada hacia el comedor. –Valla, a pesar de la hora esto no esta nada vació- Murmure típicamente de mi mientras me dirigía hacia la mesa a tomar un poco de comida para por fin sentarme con tranquilidad a comer. Mis ojazos azules rodearon el lugar en busca de alguien mas hermoso que yo y al notar que nadie podía superar tan esplendida perfección de belleza me quede tranquila mientras le daba el primer mordisco a mi muffin rosado.

Estaba tan concentrada en mi pequeño muffin que no me percate de que había llegado James hasta que escuche su voz estaba igual de radiante como siempre y con mucha hambre al parecer.
–Hola James todo bien- dije mientras me daba cuenta de que tenia glaseado rosa en mi nariz así que rápidamente tome mi servilleta y me limpie con ella.

Al parecer por fin había algo en aquella sala a lo cual apreciar, los hermosos ojos grises de james me dejaban completamente sin aliento al verlos; James empezó a servirse un montón de cosas en su plato las cuales yo nunca hubiera podido digerir completas y luego se disculpo por aquel acto tan depredador –dios! James parece que nunca hubieras comido en tu vida- dije al ver al aquel plato desbordarse sobre la mesa

-Bueno…es que no tengo ganas de estar con mucha gente, no me he sentido con ganas de nada hoy- dije sincera ese día no había sido uno de mis preferidos. Todo el horrible estrés que me causaban los estudios se sumaba con el estrés que me causaba estar entre tanta gente, y aunque era muy extraño de mi no querer conversar y distraerme no me había preocupado mucho por el asunto ya que estar un tanto sola no era tan malo me daba tiempo para pensar y analizar todo “Dios si que eres organizada Gabrielle” pensé

-Y tu… ¿Por que no te sentaste con tus amigos a cenar? No quise decir que no me agrade tu compañía, lo que pasa es que es muy raro- aclare mientras tomaba un trago de la copa de agua ubicada justo en frente de mi.